jueves, 17 de mayo de 2012

La armada española vuelve a sucumbir contra los elementos

Hace más de 4 siglos, Felipe II decía que enviaba a sus barcos a luchar contra los hombres, no contra los elementos. Como aquellos no consiguieron atravesar el Canal de la Mancha, así hoy los barcos de nuestro equipo nacional a duras penas consiguieron cruzar la meta del canal de Poznan. Unas endemoniadas condiciones de frío, y viento convirtieron la pista del preolímpico de Poznan en una odisea para todos aquellos que, tras años de duro trabajo, buscaban hoy la recompensa de una plaza en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

No entraré en reacciones precipitadas acerca de si los rusos o polacos están más acostumbrados y así lograron clasificar barcos. No. En general, los vencedores en las finales eran los mejores tiempos de las series, salvo raras excepciones. Pero es cierto que, desde el punto de vista del deporte concebido sin forofismos, no es justo que los palistas (todos, tanto las estrellas ya consagradas como el modesto que sabe desde el principio que va a quedar el último) hayan de competir en un campo que no reúne las mínimas condiciones, salvo que está lleno de agua. Todos estamos seguros de que, si esto fuese fútbol, hoy no se habría jugado el partido. En Poznan se han visto piraguas de primera línea volcar en plena regata. Por no hablar de la final del K1 200. En el fondo da igual quién cruzase la meta en qué orden, lo raro es que todos consiguieran llegar. Las imágenes de las cámaras de meta en esa final son de lo más alucinante que se recuerda en una regata de pista televisada (arriba, al sueco Petter Öström le da una ola de lleno). En los planos laterales, 3 o 4 proas un palmo fuera del agua mientras las demás buceaban rezando para volver a salir a flote. Señores de la ICF, el respeto que queremos ganarnos como deporte minoritario comienza por el respeto a nosotros mismos.


Bueno, una vez hecha la reflexión, en lo meramente competitivo estaba claro que hoy no era nuestro día. Ya en la primera final, Paco Cubelos no conseguía coger un ritmo de carrera bueno desde el principio, privándole de aprovechar esa potente subida final de la que hace gala. El francés Cirylle Carré y el italiano Maximilian Benassi se destacaban desde el principio y conseguían adjudicarse las dos plazas en juego aguantando el ataque final del húngaro Pauman. De todos modos, al igual que sucede con el caso del K1 200 de Saúl Craviotto, como veremos más abajo, el hecho de que Portugal y Rusia hayan ganado las plazas de  K2 hace que se vayan a redistribuir plazas de K1, decisión pendiente de tomar por la ICF, que ha anunciado que hará pública este viernes 18 por la mañana.

En el K1 500 dama, Ainara Portela ya partía con el handicap de correr la calle 1 tras tener que recurrir a semifinales para meterse en la final. Sin embargo, su actuación fue de las más solidas de la mañana, respondiendo a todo lo que podía dar y terminar sexta en una prueba donde las plazas se las adjudicaron la rusa Kachalova y la noruega Mira Verås Larsen, que dejaban fuera a la favorita local, la polaca Karolina Naja.

En la final del K2 200, todas las esperanzas estaban puestas en Craviotto y Pérez Rial. Y llevaban camino de no defraudarnos, pues  yendo en primera posición mediada la carrera, en dura pugna con los rusos, se ve cómo Saúl se resbala en el asiento y está a punto de caer por culpa del oleaje, realizando un apoyo y haciendo que Perucho quede a contrapala. En una carrera tan corta, cuando quieren recuperar el compás, se ven relegados a la última plaza, mientras que los rusos Postrygay y Dyachenko explotan de alegría al cruza la meta. La peor de las suertes para nuestros campeones olímpicos de Pekín, que se ven privados de poder repetir gesta en Londres.

Como ya hemos adelantado, Portugal fue finalmente quien se llevó la plaza del K2 1.000. Con Hernanz y Cosgaya marcando el mejor tiempo de las series, salían por la calle 5 con la intención de ser la referencia, pero sólo pudieron aguantar la cabeza durante 300 metros en una buena salida. Como declaraban al finalizar la regata, el fuerte viento helado no les había permitido coger calor en el cuerpo en el calentamiento y en la segunda mitad de carrera, aún estando siempre a media piragua de la cabeza, las sensaciones fueron malas (daba la sensación de que Diego adelantaba demasiado la palada, quizás por falta de ritmo de Javier) y les faltó ese punto para poder subir a los portugueses. Finalmente cuartos, tras los checos, que terminaron como cohetes, y los eslovenos Leban y Kuk. Los lusos Fernando Pimenta y Emanuel Silva conseguían así la tan ansiada plaza olímpica.

El C2 1.000 no tuvo prácticamente color. En una jornada en la que a todos los canoístas habría que levantarles un monumento, los españoles José Luis Bouza y David Fernández sufrieron para aguantar el ritmo de cabeza durante el primer tercio de carrera. A esa altura, ya los polacos Grzybowski y Kaczor habían conseguido un barco de ventaja sobre toda la segunda línea de proas, ventaja que fueron aumentando de manera insultante hasta lograr vencer con tres segundos de ventaja y habiéndo dejado de palear a 10 metros de la meta para saludar al respetable. Bouza y Fernández terminaron séptimos a 11 segundos, tras no verse en ningún momento con fuerzas de luchar en cabeza. No con tanta holgura, pero sí fue clara también la victoria en C1 1.000 del alemán Sebastian Brendl, que se había visto obligado a recurrir a este preolímpico tras la rotura de su pala en plena carrera en el pasado mundial de Szeged. La segunda plaza y plaza olímpica era para el rumano Josef Chirila.

En el K2 500, las mismas sensaciones para Beatriz Manchón y Jana Smidakova la sevillana y la ovetense sí dieron la sensación de tener la clasificación a mano hasta el 250, pero finalmente les faltó el fuelle necesario y acabaron séptimas, lejos de las suecas Johansson y Nordlow, que se impusieron con claridad y se llevaron la plaza olímpica. En esta final, las ucranianas Vasilevska y Rimkevich, que iban por la calle 6 con el tercer mejor tiempo de las series, se fueron al agua a apenas 100 metros de meta tras sufrir el embate de las olas.

Quedaba la final de Saúl Craviotto en el K1 200, donde, como ya hemos explicado, las grandes figuras de la velocidad se jugaban dos plazas en el peor de los escenarios. Finalmente, tras dar la sensación en directo de que Craviotto entraba a la par del vencedor, el belga Maxim Richard, resulta que la foto finish desveló que el lituano Balciunas, por la calle 1, se le había colado por apenas unos centímetros, con lo que Saúl quedaba tercero y fuera de la clasificación diretca. Al igual que Cubelos, habrá de esperar a la decisión de la ICF sobre la reasignación de plazas del K1 para saber si finalmente estará o no en los Juegos de Londres. En nuestro canal de Youtube (www.youtube.com/user/EliteKayak) podéis ver el video completo de la final, para que juzguéis si las boyas de meta nos han jugado una mala pasada o bien se la jugaron a Saúl, que parece lanzar la piragua cuando ya es un poco tarde y la línea de meta real está sobrepasada.

Ahora, pendientes de la decisión de la ICF sobre Craviotto y Cubelos. Y, a partir de ahí, todos a muerte con nuestros representantes en Londres Teresa Portela, Sete Benavides y David Cal, que a buen seguro estarán en primera línea de la lucha por las medallas.

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