Poco a poco, y cuando uno ya entra en edad más avanzada, se da cuenta del papel tan valioso que un buen cronista juega en las sociedades modernas. Cuando el boca a boca se va perdiendo a medida que los pueblos crecen, cuando los nietos no aguantan la charla del abuelo más allá de lo necesario para que suelte una moneda con la que ir a por gominolas, cuando las antiguas latas de colacao con fotos ya no están en los cajones de la cómoda sino bolsas de farmacia con móviles obsoletos... es entonces cuando cobran toda su importancia los encargados de documentar los tiempos presentes para que en el futuro sean pasados a recordar y no a olvidar. Si además lo hacen bien y usando sabiamente las nuevas tecnologías, todos pasamos a formar parte de un círculo que antes sólo se retroalimentaba en los bares a base de cafés, puros y partidas de mus, pero que ahora tiene a internet y las redes sociales como caldo de cultivo.
Sin olvidar el papel de otros grandes fotógrafos de piragüismo en España como Inclán, Durán, Paco (perdonadme que no me pueda acordar de todos, que sé que hay muchos más), en estos últimos días es nuestro querido Fotoyos (Manuel Pablo García) el que está haciendo un trabajo retrospectivo sacando en su blog fotos antiguas de su archivo, desde los 70 en adelante. No sólo es entretenido tratar de identificar gente en una salida del Sella o en rabiones de otras carreras, sino que supone un gran testimonio gráfico de pruebas que, lejos de mundiales y olimpiadas, estaban destinadas a ser recortes de periódico en blanco y negro en una carpeta en el altillo del armario.
Creo que todos debemos alegrarnos de que la historia de nuestro deporte siga viva y en color gracias al trabajo desinteresado de nuestros particulares cronistas, a los que estaremos siempre agradecidos.
P.D.: No quería dejar terminar este pequeño artículo sin poner aquí la foto que me ha alegrado el día, pues aparece un humilde servidor en su primer Sella, allá por el año 1990. Un testimonio gráfico de algo que sólo era una historia que contar a los nietos y que ahora tengo a todo color.
Eternamente agradecido,
Gonzalo Melero
Creo que no descubro nada si digo que está muy bien escrito, independientemente de lo bien que hablas de mí.
ResponderEliminarGracias.