miércoles, 14 de agosto de 2013

Emma Jørgensen brilla en un mundial junior y sub23 donde España consiguió 5 medallas



La pista de Welland (Ontario, Canadá) fue el escenario hace diez días en el que las futuras y algunas ya presentes estrellas de la velocidad se jugaron las medallas en el Mundial Junior y sub23. Nombres como los de Josef Dostal (CZE) o Andrey Kraitor (RUS) ya empiezan a reclamar su lugar en las competiciones absolutas y lo han refrendado con muy buenas victorias en sus pruebas de este mundial, mientras que en las categorías juveniles asoman ya la cabeza las que podrán ser las figuras del futuro, como Emma Jørgensen (DEN).

La nueva joya de Maribo, Emma Jørgensen
En cuanto a la participación española, más que sobresaliente el papel de la juvenil Sara Ouzande, palista del Grupo Cultura Covadonga. La joven gijonesa, que cumplía 17 años esta misma semana, se alzó con dos subcampeonatos mundiales, uno de ellos en el K1 200 tras la meteórica Jørgensen, que parecía salida de otra categoría. Ouzande repitió presea en el K2 500 junto a su compañera de club Miriam Vega, una pareja que ya dio muestras de su poderío en el pasado Campeonato de España y que ha refrendado con una plata mundialista su gran estado de forma.

Sin embargo, como ya comentábamos, el papel de Emma Jørgensen fue estelar, ganando sus dos oros en K1 200 y K1 500 con una superioridad pasmosa. Un nuevo diamante en bruto surgido de la gran cantera del Maribo Kajakklub que tan acertadamente está dirigiendo Finn Larsen. En Dinamarca ya se habla de ella como el relevo de Henriette Engel Hansen, cosa que, como todo, el tiempo dirá. Pero su arranque no puede ser mejor, desde luego.
 
Sara Ouzande, doble subcampeona mundial junior. Foto: RFEP
Las otras tres medallas españolas vinieron del lado de los hombres. La medalla de bronce de Sete Benavides en el C1 200 era esperada y aunque tan sólo el ruso Andrey Kraitor (bronce europeo absoluto hace dos meses) y el canadiense Jason McCoombs se le adelantaron en una final apretadísima, excepto por el holgado oro de Kraitor, puede dar la impresión de que nos sabe a poco. Benavides está ya en ese nivel en el que se esperan siempre medallas tras un bronce en un mundial absoluto, victorias en Copas del Mundo y un cuarto puesto olímpico. Es el arma de doble filo, pero que sin duda le lleva a ese gran nivel en el que está y del cual se espera algún día un oro absoluto. A su edad no le faltarán multitud de oportunidades para conseguirlo y Duisburg es la próxima.

Otro bronce sobre la misma distancia pero en el K1 sub23 fue el de Carlos Garrote, otro baluarte de la fenomenal generación de velocistas jóvenes que tenemos. El bronce fue compartido con el búlgaro Kristian Duchev, pues ni la foto finish fue capaz de ver diferencia alguna entre sus proas. Por delante de ellos, dos pesos pesados ya en la velocidad como son Nikolaev (RUS, oro) y Miklós Dudás (HUN, plata). Y no menos mérito tiene la medalla del zamorano cuando vemos que quinto quedó el que a priori podía parecer el favorito, el serbio Marko Dragosavljevic, que ya esta primavera se había hinchado a ganar medallas en categoría absoluta, incluidas dos platas en los europeos de Portugal y tres oros en las Copas del Mundo y Juegos Mediterráneos. Da una idea de lo disputada que fue esta final el hecho de que los seis primeros entraron en tan sólo 17 centésimas.

Adán, Roza, Martí y Vazquez tras proclamarse campeones de Europa en Poznan
Finalmente, nuestros Hombres Junior consiguieron la medalla de plata en el K4 1.000, superados tan sólo por los imparables húngaros, que les metieron tres segundos enteros a las embarcaciones que se jugaron las otras dos medallas. Sin embargo, Pelayo Roza, Pedro Vázquez, Albert Martí y Enrique Adán demostraron su gran momento imponiéndose en la línea de meta a rusos y checos para llevarse un merecido subcampeonato mundial que no hace sino refrendar el gran trabajo que está haciendo este grupo junto a su cuerpo técnico en el Centro de Tecnificación de Trasona. Y sobre todo nos hacen albergar nuevas y fundadas esperanzas  en esas embarcaciones de equipo como el K4 del que llevamos esperando nuevas medallas absolutas desde los 80.

¿Ponemos algún pero? Bueno, más desde el corazón que desde los datos, quizás todos echamos de menos algún oro, aunque sólo sea por el orgullo de decir que sonó el himno español. O quizás mayor presencia en la larga distancia, donde Marcus Cooper o Diego Romero necesitan aún un poco de rodaje frente a los morlacos que tienen ahora en sus categorías. Y tras oros en pasados mundiales juveniles en K1, como el de Paco Cubelos (o más atrás Miguel García, Diego Cosgaya…), quizás tenemos el listón de exigencia muy alto. Sin embargo, aunque el entorno no es el más favorable, estamos seguros de que se trabaja en la buena línea y de que surgirán más jóvenes talentos que nos permitirán seguir estando así de orgullosos de nuestra cantera.

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