jueves, 23 de mayo de 2013

Nuevos valores del sprint se reivindican en Racice

En Racice (CZE) se celebró la segunda Copa del Mundo de velocidad el fin de semana pasado. En ella se confirmó la vuelta por sus fueros del mejor Ken Wallace, que parece en este 2013 dispuesto a hacer olvidar su discreta temporada pasada. Ganó el 500 con convicción y en el 1.000, con Poulsen vencedor y Yurenia abonado a la plata, el australiano protagonizó una de las remontadas de la Copa, pasando en los últimos 200 metros del 7º al 3er puesto con un último parcial de 49 segundos, con lo que dejó a Hoff a las puertas del podium.

En K2 200 victoria para los, de momento, imbatibles Postrigay y Dyachenko, que día tras día reclutan nuevos fans enamorados de su absoluto dominio de esta prueba. Sin embargo, el 500 se les queda largo y tras un primer parcial sobradísimo, acabaron segundos en meta sobrepasados por los portugueses Pimenta y Silva, que siguen rayando a gran nivel tras su plata olímpica del verano pasado.

Lisa Carrington (NZL). Foto: Balint Vekassy
En el K1 femenino, dominio de Lisa Carrington. Parece que los del hemisferio Sur traen una velocidad más después de haber rodado su temporada durante el invierno europeo, ya que a pesar de que Carrington se llevó el 200 como era de esperar, dominó también el 500 de una forma autoritaria sobre las alemanas, si bien es verdad que en esta ocasión no se había desplazado a Racice el equipo húngaro y eso se notó bastante en algunas de las pruebas.

Pero podemos centrarnos ahora más en los nuevos valores que poco a poco van asomando en el panorama internacional.
Los años post-olímpicos siempre son más dados a dar cancha a la segunda línea de los equipos nacionales para que se vayan curtiendo en competición y, llegado el momento, puedan sustituir a los actuales campeones llegado el momento. Pero en algunos países, esa política nos está descubriendo verdaderos talentos. Es el caso de Natalia Podolskaya (RUS), de 19 años, que fue segunda en el 200 tras Carrington y está demostrando ser muy rápida. Otro caso parecido es el del serbio Marko Dragosavljevic, aunque con el golpe de efecto añadido de su oro en el K1 200 con tan sólo 18 años, por delante de gente como César de Cesare, McKeever, Kharitonov, de Jonge, Beaumont... un auténtico bombazo para el joven serbio, que ya había subido al podium en Szeged en K2, pero que en esta ocasión no pudo contener su alegría tras esperar a la foto finish, la cual le daba la victoria sobre de Cesare por tan sólo 7 milésimas.


En canoa la exhibición vino de parte del checo Martin Fuksa, que con 20 años recién cumplidos se llevó el C1 500 con una soltura que recuerda, junto a su físico fino, al de otro Martin, su compatriota el gran Martin Doktor.

Pero, para mi humilde gusto, la regata del fin de semana la protagonizó el K4 1.000 masculino de la República Checa. Ellos no son unos recién llegados. De hecho, son los actuales medallistas de bronce olímpicos. Pero la exhibición que ofrecieron a su público fue de las que hay que guardar en video y ponérsela a los chavales cuando se les quiera explicar cómo se compite en K4. Una tremenda sensación de poderío y control, de saber perfectamente lo que están haciendo, con la determinación de quien lo ha hecho muchas veces y sabe cuál es su papel y cómo ejecutarlo. Mirad si no la imagen a cámara lenta de Lukas Trefil (segundo palista de la embarcación) en el minuto 5:44. De libro. Aquí os dejo el video para que lo tengáis entre vuestros favoritos.


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